Y, en diálogo con Rubén Ferrari, explicó: “la ordenanza en cuestión data del año pasado y obliga a las empresas que trabajan con otras de transporte de caudales a tener una dársena, del tipo hotelera, que ayudaría a mejorar las condiciones de seguridad”.
 
“Lo ideal – agregó - sería que haya un lugar en el interior, pero de no existir o habiendo limitaciones para disponer de él, pretendemos que al menos se cumpla con lo que propuso la edil”.

Por su parte, Adriana Di Julio comentó: “hace tiempo que estamos dando vueltas con este tema”. “Pedimos que las empresas que no tienen espacio para hacer carga y descarga en su interior construyan dársenas” completó.
 
Y, por último, aseveró: “es una medida que no sólo beneficiaría a los trabajadores de los camiones de caudales sino también al ciudadano común que está en un banco, un supermercado o simplemente caminando por la calle en el momento en que se efectúa esa tarea”.
 
“De todos modos – aclaró la legisladora al concluir - habrá un tiempo prudencial para que se realicen los ajustes”.