Y continuó: “yo creo que ningún delincuente tiene códigos. Ni antes los tenía, ni los tiene ahora. Desde el momento que atentan contra la vida y la propiedad de las personas, para mí han perdido cualquier tipo de código social”.

“Es cierto que antes el delito no era tan virulento ni la acción tan violenta como hoy - consideró – y me parece que la droga es uno de los factores principales para que esto ocurra”.

Más adelante, reparó en idéntico sentido: “a ello se deben los lineamientos que ha dispuesto el Gobierno de la provincia de Buenos Aires. Nosotros coadyuvaremos en una tarea mancomunada con el personal de Narcotráfico, y en el área habrá cambios en forma inminente”.

A continuación, García aseveró: “además de los estupefacientes, me preocupa el asalto a casas de familia, y por lógica, la gente en su interior. En el 2007, hemos tenido más de 350 hechos de este tipo”. “Es un tema alarmante, que provoca muertes en muchos casos y que mucha gente quede sensibilizada para toda la vida, en otros” se quejó.

Asimismo, subrayó: “otra de las cuestiones que debe controlarse de inmediato es la cantidad de automotores que se han robado en la ciudad en el último tiempo. Fueron 1700 aproximadamente. Las cifras son escandalosas, pero hay que exponerlas”. “Yo vengo de lugares donde la gente tiene otra cultura y no se acostumbra al delito, y acá debiera ser igual. Tenemos que evitar bajo todo concepto que la gente tome al delito como una situación habitual y corriente” remarcó.

Posteriormente, en tanto, García puntualizó: “a la policía le toca el papel preventivo, preactivo y, de última, el represivo. No podemos andar quejándonos por allí de que detenemos a un menor diez o quince veces. Los comisarios, que son los que deben tener la impronta de la seguridad en cada una de las regiones, no pueden demostrar tibieza o que están cansados, y si es necesario deben lograr que su personal detenga a los menores 50 o 100 veces”. “No es culpa nuestra que entren y salgan” insistió.

Al finalizar, dijo: “el efectivo es el que está ofrendando su vida, el que está arriesgando. Si no lo enaltecemos, no lo contenemos y no lo estimulamos, mal podemos ir a corregir a la seguridad”.

Y culminó: “es necesaria una articulación con los foros de seguridad, las sociedades de fomento de los distintos barrios y las autoridades municipales porque, si bien la policía es un resorte importante en esta materia, no es el único”.