El domingo en torno a las cuatro de la madrugada, tres delincuentes ingresaron a un departamento en planta alta por la parte trasera, y esperaron a la inquilina en la cocina de su vivienda. Al llegar la redujeron rápidamente, atándola y a punta de arma le pidieron que llame por teléfono al propietario del departamento que ella alquila. Un hombre que vive en una vivienda contigua de dos plantas con su esposa. La inquilina fue atada a una silla, y obedeciendo las ordenes de los sujetos le pidió auxilio al propietario de la finca, pero no correspondiendo a un asalto sino a temas de problemas del hogar. El hombre acudió prontamente y al llegar fue reducido por los ladrones.

Una vez en la vivienda de la víctima principal, los tres ladrones comenzaron a exigir dinero y joyas. Destrozaron la mayor parte de los artículos eléctricos del hogar y también vidrios. Pero lo peor de esas horas que padeció el matrimonio septuagenario, ocurrió cuando ambos fueron golpeados brutalmente y al dueño le mutilaron un dedo de la mano. La esposa fue internada en un nosocomio debido a los golpes recibidos en el cuerpo y en el rostro.

Tomó intervención la Comisaría Segunda, realizando rastrillajes en la zona pero sin obtener resultados positivos de la detención de los malhechores. Se hizo presente, también, la policía científica para tomar pruebas en el lugar del delito.