En diálogo con Cazador de Noticias, el dirigente del Partido Socialista Auténtico de Mar del Plata – Batán en Unidad Socialista, Pablo Aceto , refirió que “el plan platita se había popularizado durante la época de Massa como Ministro de Economía era una serie de subsidios en pesos que le servía a la gente para capear la situación, le sirvió al sector empresarial, a los jubilados y a los sectores más postergados. De hecho el plan platita llegó para todos de una forma u otra, y la crítica se centraba en que era una acción económica de corto plazo más vinculada con lo electoral que con otra cosa. Lo que era claro que la platita a la gente no le venía nada mal”.
En tal sentido, cuestionó que “ahora tenemos otra versión del Plan Platita en dólares. Si bien Milei no implementó un “plan platita” explícito como Massa, las políticas de apertura selectiva y liberización tienen efectos similares para un segmento de la población, los que acceden a dólares y viajan y a diferencia del plan de Massa no se financia con emisión, sino con reservas o endeudamiento. El alcance es reducido, beneficia a quienes tienen la capacidad de ahorrar en dólares o viajar y, como consecuencia, los viajes al exterior se duplicaron frente al ingreso de turistas extranjeros, generando fuga de divisas por turismo y servicios. De hecho, el informe de agosto estima un déficit de 7.600 millones de dólares en la balanza de servicios, principalmente por turismo emisivo (argentinos viajando al exterior)”.
Remarcó que “son dólares que salen del país y no vuelven en la misma proporción, se van en consumos privados de un sector que puede permitirse viajar, mientras muchos otros no acceden ni a medicamentos. El turismo emisivo puede ser visto como un lujo, y en un país sin reservas, implica una transferencia regresiva de recursos: el Estado, indirectamente, está habilitando el uso de dólares escasos para fines no prioritarios”.
Y concluyó, sosteniendo que “ese monto es mayor que los 6.600 millones de dólares que se necesitan para renovar el sistema eléctrico nacional, incluyendo más de 5.600 km de nuevas líneas de alta tensión y estaciones transformadoras. Esta inversión es clave para evitar apagones, integrar energías renovables y sostener el crecimiento económico. Eso marca un desbalance de prioridades, poniendo sobre la mesa la injusticia distributiva del ajuste actual. Se recortan partidas sensibles: salud, discapacidad, jubilaciones mínimas, medicamentos oncológicos y tratamientos crónicos. Al mismo tiempo, se habilitan sin restricciones el uso de dólares para consumos personales en el exterior. Eso no es ajuste equitativo, sino un reordenamiento donde ajustan los de abajo, mientras los de arriba acceden al privilegio del dólar libre”.













