Por Ricardo Alfonsín
Diputado Nacional UCR
No pueden caber dudas que las deudas de la democracia argentina son la pobreza, la exclusión y la inseguridad y todas se encuentran relacionadas entre sí. Por eso la mejor manera de prevenir el delito, de contribuir al respeto a la ley, es promover políticas de inclusión social.
Pero sin dudas el delito es complejo y multi causal. Hay distintos tipos de delitos con diferentes causas y diferentes respuestas. También hay que separar delito de violencia.
El delito de ocasión, el violento, que ha crecido con la exclusión social y la marginalidad, se combate desde una perspectiva policial con más prevención, que significa cámaras, iluminación, seguridad bancaria e inteligencia. Pero desde una perspectiva social se lo enfrenta con la inclusión de aquellos que por dos generaciones no han sido escolarizados, no conocen la salud pública, ni tienen otro vínculo social que no sea la violencia. Es decir, se combate con educación, escuelas buenas en los lugares donde más hacen falta, buenos hospitales, posibilidades de desarrollo cultural y deportivo, etc.
Por eso deben impulsarse políticas focalizadas en materia de educación, empleo y contención social para los jóvenes que no estudian ni trabajan y que, según las estadísticas oficiales, constituyen la población en riesgo respecto de la infracción a la ley penal.
Se debe garantizar el acceso a los derechos básicos a todos los argentinos y, a la vez, proponer políticas estables para combatir el crimen y tutelar los derechos de las víctimas.
Aclaración: La opinión vertida en este espacio no siempre coincide con el pensamiento de la Dirección General.