En diálogo con Rubén Ferrari, Herrera manifestó: “el año pasado, para el 1 de agosto, me vaciaron el negocio”. “Hoy - completó - un año y días después, estando de vacaciones, recibo el llamado de un vecino que me avisó que nuevamente me han cortado los candados”.

Y prosiguió: “hace aproximadamente un mes la situación delictiva ha vuelto a agravarse en el sector. Por ejemplo, a 10 metros de mi local hay una panadería que atiende a través de una reja porque en menos quince días sufrió tres hechos de distinta índole”.

“Después de la movida que hicimos en los medios y de haber hablado en varias oportunidades con las autoridades policiales, nos encontramos otra vez con esta realidad que nos obliga a pensar en cuándo seremos víctimas, cuándo nos van a robar, cuándo van a entrar con un arma” se quejó el comerciante.

En tanto, consideró a renglón seguido: “la policía se equivoca en la definición de la palabra prevención. Ellos entienden que se trata de la detención de los delincuentes después que roban o asaltan, pero lo que no puedo entender es cómo esta gente se pasea por toda la ciudad con armas o barretas sin que nadie los pare”.

“Creemos que la Justicia también falla, por ejemplo en el tema de los menores o la reincidencia de los mayores - reparó Herrera - Pero acá no debemos olvidarnos del problema de la policía, que no hace la prevención que corresponde, ya sea por falta de personal, de patrulleros o por cualquier otra cosa”.