Consultada por lo sucedido en la madrugada del 1º de enero, la vecina contó: “todo empezó alrededor de la 1.30, ya que justo en ese horario salimos a la vereda a despedir a unos parientes que se iban y notamos que una gran cantidad de gente, cargada con botellas de todo tipo, venía desde Alem para este lado”.

“Lo concretó – continuó María – es que en muy poco tiempo ocuparon dos cuadras completas y comenzaron a tirar bombas de estruendo entre la gente”.

Y añadió: “lo terrible es que no se quedaron con eso; también hicieron sus necesidades en los paredones de las casas, rompieron botellas, se fueron a las manos y hasta tuvieron relaciones sexuales en la calle”.

En ese mismo sentido, la ciudadana reconoció: “calculamos que fue un vecino el que invitó, ya que escuchábamos música fuerte procedente de una casa del barrio”.

Por último, en tanto, dijo: “la realidad es que nos preocupamos bastante porque el clima se volvía denso y la policía no venía”.

“Llamamos al 911 pero los patrulleros llegaron recién alrededor de las 4.45. Vinieron dos móviles y lograron que los jóvenes empezaran a dispensarse, aunque algunos se quedaban esperando a ver si se alejaban como para continuar con la fiesta y el descontrol”, remató.