En una entrevista concedida a Ruben Ferrari, el directivo expresó: “estamos más que preocupados por esta situación que se inició aproximadamente seis meses atrás cuando un grupo de personas dedicadas al windsurf comenzó con sus intentos de usurpación a un espacio, cedido por el Consorcio Portuario, que les corresponde a los lobos marinos”.

Y prosiguió: “desde entonces, ingresan continuamente al sector, espantan a los animales y nos insultan y amenazan con total desparpajo”.

“Incluso – subrayó Lorenzani – el último sábado le propinaron un golpe a mi hermano Julio, que es secretario de la fundación, en momentos en que él y otro integrante de nuestra entidad les entregaban las tablas en una actitud absolutamente pacífica”. Y completó: “la cuestión es que la contusión le produjo una herida a la herida del tabique y le tuvieron que dar cuatro puntos de sutura”.

Del mismo modo, a colación, aseveró: “ya no podemos seguir soportando este hostigamiento; estamos cansados de estos tipos que actúan directamente como patoteros, por lo cual iremos a la Justicia”.

Por último, retomando el tema central del análisis, Lorenzani indicó: “aquí hay una cuestión de sentido común: si los lobos y el windsurf conviven en el mismo lugar hay riesgo para quienes están aprendiendo la actividad y un trastorno irremediable para los animales”.

“En consecuencia, no vemos por qué seguir adelante con esto cuando la costa de nuestra ciudad ofrece espacio de sobra para la práctica deportiva”, remató.