En un contexto de creciente violencia tanto dentro como fuera de las escuelas, la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) y la CTA Autónoma han expresado su profunda preocupación por la situación que atraviesa el sistema educativo del país. La preocupación se extiende a todos los actores de la comunidad educativa: niños, niñas, adolescentes, docentes, preceptores, equipos de orientación , auxiliares, cooperadoras y familias.
A través de un comunicado acercado a Cazador de Noticias, que firman Graciela Raimundo (CTA T) y Ezequiel Navarro (CTA A), las dos centrales sindicales apuntan a la violencia e inseguridad que se vive en las escuelas como un reflejo de los problemas sociales y económicos que atraviesa la sociedad argentina. Según los firmantes, la falta de empleo , el aumento de la pobreza , la escasez de políticas publicas para la salud mental, el consumo problemático de sustancias y la creciente violencia familiar y abuso sexual contra la niñez son factores que influyen directamente en la creciente violencia escolar.
“Las escuelas deben ser lugares seguros, no solo para los estudiantes, sino también para las familias y para todos los trabajadores que se desempeñan en ellas”, afirman los representantes de la CTA. En ese sentido, subrayan que la violencia en los establecimientos educativos no es fenómeno aislado, sino que es el resultado de una crisis social más amplia que afecta a todas las esferas de la vida cotidiana.
Los sindicatos exigen respuestas urgentes y más presencia del Estado en los territorios, con el objetivo de frenar esta ola de violencia que está golpeando fuertemente las aulas. En su comunicado, destacan la necesidad de una mayor inversión en políticas públicas que apunten a la promoción de la salud mental, la prevención del abuso y la contención social de los sectores más vulnerables.
“Es necesario pensar en soluciones concretas para garantizar una paz durarera, y eso solo será posible con un Estado más presente, con políticas integrales que aborden la raíz de los problemas”, aseguran desde ambas centrales sindicales.
Por último, el llamado es claro: la violencia debe ser erradicada de las escuelas, y es imperativo que todos los sectores involucrados se unan para encontrar formas efectivas de ponerle un freno a este fenómeno. La educación, entendida como un espacio de aprendizaje y desarrollo integral, debe recuperar su rol fundamental como territorio de paz y seguridad, libre de toda forma de violencia.
En ese contexto, la dos CTA reafirman su disposición a colaborar con las autoridades y con la comunidad educativa en general para buscar soluciones que permitan garantizar un ambiente seguro para todas y todos los que forman parte del sistema escolar.
Graciela Ramundo y Ezequiel Navarro concluyen su mensaje con un firme compromiso: “Es con más Estado en los territorios que se logrará las paz social que tanto necesitamos”.














