Por Giuliano Falconnat
Consultor en Pesca, Consejero Directivo UTN Mar del Plata
Por primera vez en la historia no comienza la temporada de Pesca de Langostino en aguas Nacionales. A pesar del anuncio del Gobierno autorizando la apertura de la “zafra” de una de las especies más preciadas de nuestro Mar, las cámaras empresarias se han puesto de acuerdo y 113 buques congeladores permanecen amarrados en los principales Puertos Pesqueros del país.
¿Cuáles son los factores que dieron origen a esta situación?
1-Incremento del 300% promedio en el Derecho Único de Extracción, el primer impuesto que la flota debe afrontar.
2-Caída prolonga del precio internacional del Langostino, lo cual reduce la rentabilidad del negocio de exportación que es el principal destino de la producción pesquera.
3-Incrementos en los costos operativos; combustible y energía, como así también en los costos administrativos como las tasas de amarre, las tarifas de carga/descarga y otros trámites ante organismos de control.
4-Atraso cambiario: en julio de 2024 el dólar blue cotizaba a $1400 y la exportación permitía una liquidación a dólar “blend” (80% a valor oficial y 20$ a valor paralelo). Hoy, casi un año más tarde, la salida del “cepo” ha unificado el valor y el dólar cotiza a $1180, es decir que cayó un 18% mientras los costos de producción y personal en pesos han incrementado entre el 30 y 40%
5-Retenciones. El sector pesquero abona aranceles a la exportación que van del 1% al 9% según especie y valor agregado y no se vio alcanzado por la disminución que se aplicó a otros complejos exportadores como la agricultura y ganadería.
En medio de esta crisis sin precedentes, el empresariado no logra que el Gobierno escuche y aplique medidas de alivio y busca implementar una rebaja del 30% al salario del personal embarcado, la cual lógicamente ha sido rechazada por los Gremios.
Personalmente sostengo que la variable de ajuste no deben ser los trabajadores, que desde finales de 2023 cuando asumió el actual Gobierno vienen perdiendo poder adquisitivo y padecieron la restitución del impuesto a las ganancias, medida de la cual poco se habla pero ha impactado de manera negativa.
Párrafo aparte para los Capitanes de Pesca, quienes si perciben un salario muy por encima del que corresponde a los marineros y podría reverse en medio de un contexto crítico donde los números dan en rojo y si los buques no salen a pescar, nadie cobra.
Por otro lado, si bien hay que destacar el esfuerzo de los referentes del sector pesquero para hacer oír su voz y buscar apoyo en la arena política, sorprende la liviandad con la que dirigentes de las distintas fuerzas hablan sobre la situación; desde ex Intendentes que cuando tuvieron la posibilidad nunca trabajaron por la Pesca y hoy se rasgan las vestiduras en su discurso, a legisladores Nacionales que ponen sobre la mesa el tema pero luego le indican a sus Concejales que voten en contra de los pedidos que proponen disminuir la carga impositiva aplicada a esta industria.
Lo cierto es que la Pesca requiere de manera urgente interlocutores adecuados para lograr medidas de carácter urgente, ya que mientras tanto 50.000 trabajadores directos y sus familias penden de un hilo rodeado de incertidumbre sobre como continuará desarrollándose el sector en los próximos meses.
Por lo pronto, las autoridades desfilan por las Cámaras empresarias llevándose la foto, pero el saldo es de mucha rosca, y pocos peces.
Aclaración: La opinión vertida en este espacio no siempre coincide con el pensamiento de la Dirección General.
