El desarrollo de este proyecto se anunció en un encuentro del que participaron, además del presidente de OSSE, Ing. Mario Dell Olio, los responsables de la Gerencia de Obras, Ing. Flavio Franco y Juan Manuel Sarandón, y la presidenta de la sociedad de fomento del Barrio Los Pinares, María Ofelia Ilarregui - acompañada en esta oportunidad por los vecinos David Molina, Juan Carlos Trípode, Marcelo Sánchez, Raúl Bonifati, Jorge Sisti, María Negrún, Andrés Crespín y Noemí Arzondo.

Los trabajos, que se implementarán para adelantar la respuesta a la comunidad, consistirán en la ampliación del conducto que actualmente finaliza en Roffo y Concepción Arenal. A tal fin, se dispondrá la ejecución de dos nuevos ramales: el primero, de dos metros de diámetro, se instalará en Concepción Arenal entre Roffo y Gorriti y, por ende, tendrá una extensión de seis cuadras; el segundo, de un metro de diámetro, se colocará en Gorriti entre Concepción Arenal y Valencia; por lo cual, abarcará dos cuadras.

Tal como puede preverse, las tareas, cuya realización demandará hasta 180 días y supondrá una inversión de alrededor de 10 millones de pesos, incluirán la puesta en funcionamiento de bocas de registro, sumideros, cámaras y todos los accesorios necesarios para un resultado efectivo en orden a los escurrimientos.

Al respecto, el presidente de la empresa municipal Obras Sanitarias, Ing. Mario Dell’Olio explicó: “Esta obra beneficiará en forma directa a los vecinos del barrio que, periódicamente, sufrían las consecuencias de las lluvias”. Y añadió: “Sabemos que el sector se revalorizará con esta acción, la cual, sin lugar a dudas, redundará en una mejor calidad de vida para la población”.

Vale destacar que el Colector Marcos Sastre, adonde acometerá la flamante infraestructura, se inscribe en un plan de obras de saneamiento implementado desde el inicio de la presente administración. A partir de su puesta en marcha, se logró conducir el agua de las precipitaciones hacia el Arroyo La Tapera, el cual, desde la zona del Parque Camet, escurre al mar.

En síntesis, los nuevos conductos recibirán el producto de las lluvias desde los sumideros y lo conducirán en su interior hasta la desembocadura, previniendo desbordes. Así, se evitará su acumulación en la vía pública y los consecuentes trastornos para los habitantes de la zona, quienes desde hace décadas piden una solución.