Juan Curuchet participó en seis citas olímpicas. Además fue 16 veces campeón argentino.
El marplatense Juan Curuchet, campeón olímpico en Beijing 2008 en la prueba americana de ciclismo, advirtió este jueves que su disciplina en Argentina "está en una plataforma sin crecimiento" y a modo general pidió a los deportistas "mayor compromiso con sus sueños", lo que exige "estar más focalizados" durante la preparación.
Curuchet, quien fue presidente de la Comisión de Atletas del Comité Olímpico Argentino (COA) desde 2009 hasta 2017, aceptó que el deportista actual "tiene hambre de gloria", aunque en ocasiones no se corresponde con la dedicación invertida.
Desde un enfoque generacional, Curuchet planteó que "hay una gran parte de la Argentina que ya no tiene visión de trabajo" y que esa situación se replica "en el deporte".
El marplatense, ganador del premio Olimpia de Oro 2008, compitió en seis Juegos Olímpicos: Los Ángeles 1984, Seúl 1988, Atlanta 1996, Sydney 2000, Atenas 2004 y Beijing 2008, en el que ganó la presea de oro junto con Walter Pérez.
Además, logró 16 títulos argentinos; conquistó, también con Pérez, la medalla de oro en el Mundial de Melbourne, Australia, en 2004, y ganó las preseas de oro en la prueba americana de los Juegos de Winnipeg, Canadá, 1999; Santo Domingo 2003 y Río de Janeiro 2007, y la de plata en Indianápolis 1987 en persecución por equipos.
-Juan, ¿estás disgustado con que haya tan poca participación del ciclismo argentino en Tokio: solo tres deportistas?
-No, son las renovaciones. Nosotros veníamos de décadas exitosas y después se formó un bache en el que tiene mucho que ver la problemática de la economía. Es un deporte muy caro. El desarrollo de nuestro deporte es carísimo: una bicicleta cuesta diez mil euros.
-¿Una bicicleta de alta competencia?
-Sí, pero si querés correr en Argentina necesitás una bicicleta de tres mil dólares. Y también dos o tres; tres pares de ruedas, vestimenta, zapatillas, alimentación... A los ciclistas argentinos se le está haciendo muy, muy difícil competir.
-¿Cómo es el estado del ciclismo nacional?
-Hoy está en una meseta. Ni sube ni baja.
-¿Qué avizorás para el futuro del ciclismo en el país?
-Creo que estará, por ahora, en una plataforma sin crecimiento. Deportistas que ganan medallas sudamericanas, panamericanas, alguna copa del mundo, Argentina lo va a tener. Se nos va a hacer difícil volver a los primeros puestos en campeonatos mundiales o Juegos Olímpicos, eso tardará un poco más. Eso no es solamente una responsabilidad dirigencial sino responsabilidad personal de cada uno de los deportistas cuando focalizan sus sueños.
-¿Podrías ampliar ese concepto?
-Que cada uno tenga una gran responsabilidad. Yo fui un indigente y sin embargo fui campeón olímpico. Lo mío no fue una cuestión de plata sino de haber estado comprometido con mi sueño y lo hice, sea como sea. Necesitamos de ese tipo de deportistas, que estén focalizados de esa manera y que los Estados y federaciones estén acompañando.
-¿Qué falta para que se regrese a la élite mundial?
-Más compromiso de los deportistas con los sueños. Tienen que focalizar más sus sueños.
-¿Advertís que las nuevas camadas no lo hacen?
-No están tan comprometidas. Tienen muchas más cosas y se distraen. Los atletas no se pueden distraer sino que tienen que estar focalizados en lo que quieren. Quieren cosas pero no se comprometen con el sueño. Tienen el hambre de la gloria pero eso tiene que estar acompañado del compromiso y eso es algo que no veo como con nuestras generaciones. Hay una gran parte de la Argentina que ya no tiene una visión de trabajo. Lo mismo pasa en el deporte.
-Durante el gobierno de Mauricio Macri el Enard (Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo) resignó su financiamiento independiente a través de la pérdida del impuesto del 1% a la telefonía celular. ¿Te preocupa su situación en la actualidad?
-¿Y cómo no me va preocupar? Por supuesto. Y no le veo mucho futuro sin fondos para poder mantenerse. Me da pena porque soy de los que, junto con (Gerardo) Werthein, un grupo de amigos y algunos atletas, la peleamos en serio. Nos metimos en las bancadas, en los bloques de la oposición y del oficialismo, a explicar por qué era necesario. Que hoy no lo tengamos es un punto a rever en la política ordinaria. Voy a buscar que ese 1% vuelva. Ahora no es el momento porque hoy verdaderamente hay una prioridad que es la pandemia. Sé que hay miles de preocupaciones: lo que nos pasa, la educación, el trabajo, la cantidad de gente que necesita tener trabajo. Hay muchas cosas que tienen la prioridad, pero es algo que no debemos ni podemos descuidar(Télam)