El argumento de la película “The Day After Tomorrow” que dirigió Roland Emmerich se basa en el peligro que se cierne sobre la humanidad por el calentamiento global. Las advertencias de los científicos son subestimadas por los decisores políticos, y las consecuencias serán desastrosas.

El paralelismo es obvio e intencionado. A nadie escapa que el horizonte –o precipicio- al que se asoma Argentina tiene las características de aquel filme. Mucho se dijo a lo largo del proceso electoral de lo que podría pasar si ganaba un proyecto liberal para los próximos cuatro años. Ya no se trata de descalificar al discurso preventivo como “campaña del miedo”. El ballotage dio su veredicto y la balanza se inclina para el lado de la enajenación del patrimonio nacional a través de privatizaciones y ajustes y recortes feroces. “Todo lo que pueda estar en manos del sector privado lo va a estar”, dijo hoy 20 de noviembre de 2023 el presidente electo Javier Milei, parafraseando a Roberto Dromi en el Ministerio de Obras y Servicios Públicos del gobierno de Carlos Menem en 1990 “Nada de lo que deba ser estatal, permanecerá en manos del Estado”.

No es la intención de este comentario hacer tremendismo ni futurología simplista. Todo el arco de analistas prevé un alto índice de conflictividad social en la medida que Milei lleve a la práctica lo que dijo anoche en su primera alocución pública tras las elecciones: “los cambios que se necesitan son drásticos, no hay lugar para gradualismos, no hay lugar para la tibieza, no hay lugar para medias tintas”.

El ya anunciado achicamiento de políticas públicas, eliminación de subsidios, reducción de beneficios de ANSES y PAMI, más devaluación del peso y deterioro del salario y jubilaciones producirá un fuerte y doloroso impacto aún en los que lo votaron ayer y mantienen sus expectativas hoy. Atravesar tal experiencia parece inevitable y quizás un aprendizaje forzoso. En el devenir del “tempo histórico” se verán sus alcances...

Así como algunos sectores han tomado conciencia de la necesidad de mitigar el cambio climático, de la transición energética y de la participación ciudadana en la cosa pública, también es posible que se haga sentido común la conquista y ampliación de derechos, la convivencia pacífica, el desarrollo sostenible y sustentable, en el marco de sociedades que estudien y comprendan su pasado común a la par que planifiquen su futuro colectivo.

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