Por Luis Gotte
La pequeña trinchera Mar del Plata
En un mundo cada vez más digitalizado y globalizado, la Inteligencia Artificial (IA) ha emergido como una herramienta de incalculable valor. Sin embargo, su uso y desarrollo suelen estar impregnados de perspectivas que priorizan el individualismo y el egoísmo, características de una visión europea, occidental y secularizada. Desde una base filosófica hispanista, profundamente humanista y cristiana, es posible imaginar un uso de la IA que respete la dignidad humana, fomente el bien común y se alinee con los principios de una comunidad organizada. En la provincia de Buenos Ayres, la IA puede ser el motor de una transformación que abarque desde el incremento en la producción alimentaria con valor agregado hasta la eficiencia y eficacia en la gestión municipal, abriendo un nuevo escenario para el desarrollo y crecimiento sostenido para los bonaerenses.
La IA no es solo un dispositivo tecnológico ni un arma de destrucción masiva; es una manifestación del ingenio humano y de nuestra capacidad para transformar la realidad. Desde nuestra perspectiva, la IA debe orientarse al servicio del prójimo y al bienestar colectivo, rechazando cualquier aplicación que perpetúe la desigualdad, el aislamiento, el miedo o la tragedia. En lugar del enfoque europeísta, proponemos un paradigma hispanista que vea a la IA como un medio para fortalecer los lazos comunitarios y promover el bien común. Esta visión humanista y cristiana establece que toda implementación de IA debe respetar y promover la dignidad de cada persona humana. Además, la tecnología debe ser un puente hacia la cooperación, la colaboración, la organización y la unidad, no como una herramienta de división. Es fundamental que las decisiones se tomen en el nivel más cercano a las personas afectadas, con la IA facilitando procesos sin reemplazar el juicio humano.
La provincia de Buenos Ayres, rica en recursos naturales y con un vasto potencial agrícola, puede beneficiarse enormemente de la IA para mejorar la producción alimentaria. Este avance debe ir acompañado de un enfoque ético que garantice que el desarrollo tecnológico no solo aumente la productividad, sino que también mejore la calidad de vida de los trabajadores rurales y de toda la comunidad. Para lograrlo, la provincia necesita la autonomía plena de sus municipios, una regionalización productiva, una reforma tributaria y la voluntad política para crecer. La IA puede optimizar procesos agrícolas, desde la siembra hasta la cosecha, permitiendo una producción más eficiente y sostenible. Además, facilita la creación de productos con valor agregado que puedan posicionarse mejor en los mercados externos. Con la ayuda de la IA, es posible desarrollar estrategias para mejorar la calidad nutricional de los alimentos producidos en la provincia, contribuyendo a una alimentación más saludable para la población local. La IA también permite una mejor integración con mercados globales, optimizando las cadenas de suministro y facilitando el acceso de productos bonaerenses a mercados internacionales.
La gestión pública puede beneficiarse de la IA para mejorar la asignación de recursos y la prestación de servicios. En una provincia con la diversidad y el tamaño de Buenos Ayres, es crucial que los municipios cuenten con herramientas que les permitan tomar decisiones informadas y eficientes, respetando siempre la autonomía plena de cada localidad. La IA puede analizar grandes volúmenes de datos, proporcionando a los dirigentes políticos información clave para tomar decisiones más acertadas y alineadas con las necesidades de la población. La tecnología puede ayudar a identificar las áreas donde los recursos se utilizan de manera ineficiente, permitiendo una redistribución más justa y efectiva, lo que también reduciría sustancialmente la corrupción política. Desde la planificación urbana hasta la gestión de residuos, la IA puede hacer que los servicios municipales sean más eficaces y estén mejor alineados con las demandas de los vecinos, mejorando enormemente la recaudación tributaria.
La aplicación de la IA en Buenos Ayres no debe ser un simple esfuerzo por modernizar; debe ser parte de una estrategia política integral que promueva un modelo de provincia donde la comunidad esté organizada y comprometida con el bien común. Esto orientaría al poder político sobre cómo llevar adelante una política de poblamiento, desconurbanizando y repoblando el centro y sur de la provincia, con un proyecto más racional y menos intuitivo. Un enfoque planificado y deliberado en la implementación de IA puede convertir a Buenos Ayres en un modelo a seguir, no solo a nivel nacional, sino también internacional. Con una comunidad organizada y un uso ético y eficiente de la IA, la provincia puede abrirse a nuevas oportunidades de desarrollo económico y social, impulsando un crecimiento sostenido y equitativo.
La IA, cuando se integra desde una perspectiva humanista y cristiana, tendría el potencial de ser una herramienta poderosa para el desarrollo de la provincia de Buenos Ayres. No solo puede mejorar la producción alimentaria y la gestión municipal, sino que también puede contribuir a la creación de una comunidad más justa, solidaria y organizada. Sin embargo, este futuro no se construirá de manera automática; requiere de una visión clara, liderazgo político y un compromiso decidido con los valores que definen a nuestra comunidad. La verdadera innovación no reside solo en la tecnología, sino en cómo elegimos utilizarla. Buenos Ayres tiene la oportunidad única de convertirse en un faro de desarrollo sostenible y equitativo, demostrando que el progreso tecnológico puede y debe ir de la mano con el respeto por la dignidad humana y el bien común. Con una estrategia política adecuada y un enfoque ético en el uso de la IA, podemos crear una provincia que no solo sea más moderna, sino también más solidaria, donde cada persona tenga la oportunidad de prosperar en una comunidad organizada y unida.
Es nuestra responsabilidad asegurar que la IA no se convierta en un dispositivo de opresión o desigualdad, sino en una herramienta para la realización del bonaerense en una provincia que se realice. En este sentido, nuestra visión hispanista ofrece una guía invaluable para el camino que debemos seguir, poniendo siempre el bienestar humano en el centro de nuestras decisiones. Así, podemos construir un futuro en el que la tecnología y el pueblo avancen juntos, hacia un horizonte de esperanza y justicia para todos los bonaerenses.
Aclaración: La opinión vertida en este espacio no siempre coincide con el pensamiento de la Dirección General.