Hoy la historia naval recuerda a uno de nuestros primeros marinos criollos a 175 años de su fallecimiento. Un 25 de Julio de 1835, a los 35 años de edad, fallecía en la ciudad de Buenos Aires, el coronel de Marina Tomás Espora. Fue uno de los capitanes predilectos del Almirante Guillermo Brown, debido a la bravura que expuso en todas las acciones de guerra en las que intervino. Siendo un muchacho de apenas 17 años de edad, a las órdenes de Hipólito Bouchard intervino en el crucero corsario cumplido con la fragata “La Argentina” en 1818 alrededor de los mares del mundo.

Tuvo muy destacada actuación en el ataque llevado a cabo por Brown a la Colonia del Sacramento, con las cañoneras y en el combate naval de Quilmes, durante la guerra con el Imperio del Brasil. En ocasión de su muerte, el Almirante Brown pronunció estas palabras: “Considero la espada de éste valiente oficial, una de las primeras de América y más de una vez admiré su conducta en el peligro. Es lástima que un marino tan ilustre haya pertenecido a un país que todavía no sabe valorar los servicios de sus buenos hijos.”

Tomás Espora, junto a Leonardo Rosales, por su bravura y vocación naval, se convirtieron en los arquetipos de los marinos argentinos. Fueron los primeros oficiales navales criollos de nuestras guerras por la independencia en el mar. Sobre sus ejemplos se sentarían las bases de la formación y conducción de nuestra Marina de Guerra.