En declaraciones a Cazador de Noticias, la funcionaria repasó: “esta cuestión se desató a raíz de un control encargado por Ariel Ciano, quien entonces se desempeñaba como secretario de Gobierno”.

“Desde entonces – dijo Felices – trascendió que se abrirían sumarios y que se yo cuantas cosas más, pero luego la realidad demostró que nadie salió a contestar sobre la problemática, ni José Reynaldo Cano, que nunca respondió nada, ni Santiago Bonifatti, que lo sucedió en el cargo”.

Luego, en tanto, aclaró: “el único que me salió a responder fue un agente municipal del Puerto que nada tenía que ver con Transporte y Tránsito y que posteriormente tampoco se presentó en nuestras oficinas para hacer el reclamo”.

En idéntico sentido, Felices resumió: “la lectura que hago, entonces, es que este señor ha sido mandado por el sindicato y que, además, por lo visto, los dirigentes gremiales tienen más poder que el propio Intendente”.

“En primera instancia – confesó la defensora adjunta del Pueblo – uno apunta al funcionario en sí, acusándolo de no hacerse cargo de determinada circunstancia; pero, más tarde, uno reflexiona y se da cuenta de que, evidentemente, debe recibir órdenes respecto de qué es lo que debe hacer y qué es lo que no”.

Y completó: “jamás conseguí que alguno me contestara, ni siquiera el funcionario actual, Pablo García, y no creo que todos hayan tenido ganas de faltarle el respeto a la Defensoría del Pueblo”.

Al respecto, Felices afirmó: “en realidad estoy acostumbrada a que hagan este tipo de cosas, pero no quiero acostumbrarme a que ocurran”. “El agente municipal debe entender que es un empleado de todos, no sólo del Intendente o de una cierta autoridad, y que si cobra a fin de mes es gracias al aporte de la ciudadanía”.

“Por ende – remarcó a colación – da mucha bronca la desidia del Estado municipal, que no cuida estas cuestiones cuando hay tanta gente responsable a la que le gustaría ocupar estos puestos”.

Al finalizar, en tanto, Felices sostuvo: “estos trabajadores tienen mucha suerte porque, en la actividad privada, no tendrían, ni por casualidad, tantas libertades”. Y añadió: “lo que no comprendo, por otro lado, es que si, tal como ellos dicen, hacen las cosas bien, se molestan tanto ante cualquier operativo de inspección”.

Vale recordar que el problema se desató a mediados de 2010 cuando se detectó que alrededor de cincuenta empleados de tránsito no estaban en su ámbito laboral en el horario que les correspondía, entre otras irregularidades.