El predio, ubicado sobre la Av. Antártida Argentina, lindero al camino de ingreso al viejo basural y prácticamente vecino al nuevo centro de disposición final de residuos, fue adquirido por la empresa, en 1997, para la instalación de una planta de tratamiento de camiones atmosféricos.

Sin embargo, por diversas razones, ese proyecto resultó cancelado por las autoridades municipales de ese entonces.

A partir de ese momento, el terreno no ha sido utilizado para ningún fin específico, por lo cual, a sabiendas de esta situación, Maximiliano Abad sugirió su transferencia a la administración central para convertirlo en un centro de servicios ambientales o, mejor dicho, como “una reserva paisajística representativa del bioma pampeano, capaz de albergar especies vegetales nativas, arbóreas, arbustivas y herbáceas”.

Por supuesto, tal como puede preverse, el fin último de esta medida es “obtener una zona de amortiguación de las distintas actividades humanas que se realizan en la zona, a efectos de garantizar una mejor calidad de vida para los vecinos”.