El Sosiego, una de las reservas forestales más importante de Mar del Plata, perdió el 50 por ciento de sus árboles en menos de una década como consecuencia de esta práctica desaprensiva.

Los habitantes aseguran que han arrasado con añejos eucaliptus para edificar nuevas viviendas, situación que cambió la identidad del sector y que se agrava día a día. Pero, a la vez, se reconocen convencidos de que “el barrio podría crecer urbanísticamente sin necesidad de deforestar de esta manera”.

Dadas las circunstancias, en el extremo norte del partido de General Pueyrredon, en inmediaciones a Estación Camet, el patrimonio forestal se encuentra amenazado.

Donde antiguamente se encontraban más de 40 especies distribuidas en frondosos terrenos que eran visitados por distintas aves migratorias, hoy yacen metros y metros de suelo árido, transformados en lotes en venta.

Además, la venta de leña “sin control” se instaló como una acción habitual entre algunos oportunistas de la zona.

Los residentes del lugar explicaron que el problema comenzó a agravarse cerca del 2005, aunque se profundizó hace dos años, con la llegada del gas natural y el consecuente crecimiento de la densidad de la población.

En ese sentido, manifiestan que “hace tiempo” se otorgan permisos para que se pode, pero que, en realidad, “se termina talando”.

La realidad los forzó a elevar cartas a distintas áreas de la comuna con las firmas de decenas de vecinos y por las cuales no recibieron respuesta.

Vale destacar que el barrio corresponde a la delegación Sierra de los Padres, que aún no ha dispuesto inspecciones ni otra medida capaz de detener la tala sin control.

Para completar, y en síntesis, los residentes de la zona, que no descartan iniciar acciones legales, exigen que los permisos de poda se otorguen responsablemente, que se realicen controles regulares y que se revea la posibilidad de instalar la figura del guardaparque, rol que ellos mismos estarían dispuestos a asumir.

Igualmente, sugirieron que la tarea sea desarrollada por especialistas y matriculados, “no por cualquier persona”, para evitar mayores inconvenientes.