La reunión que iba a mantener este martes el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, con el titular de la CGT cercana al Gobierno, Antonio Caló, finalmente se suspendió, a raíz de presuntos roces por los reclamos planteados por la central en los días previos al encuentro.

Estaba previsto que Abal Medina recibiera a las 16 en su despacho en la Casa Rosada a Caló y otros integrantes del Consejo Directivo (CD) de la nueva CGT, pero a último momento la audiencia se suspendió sin ningún tipo de explicación.

“No estaba planeado ningún encuentro. Lo que salió en los diarios fue un error comunicacional”, deslizó el titular del sindicato de Textiles e integrante del CD de la CGT, Jorge Lobais, en diálogo con Noticias Argentinas.

El encuentro había sido informado días atrás en off the record por dirigentes de la CGT, pero el hecho de que se anticipara a los medios el contendido de los reclamos que le iban a plantear a Abal Medina, generó malestar en el Gobierno que, al final, ordenó la suspensión de la audiencia, pudo saber NA.

En los días previos al encuentro, el titular del gremio de Luz y Fuerza e integrante de la CGT cercana al Gobierno, Oscar Lescano, había dado una entrevista a un matutino porteño en la que planteó al Gobierno un plazo de “30 o 40 días” para que comience a dar respuestas a los pedidos de la central, en especial el vinculado a la suba del mínimo no imponible de Ganancias.

De esta forma, la flamante CGT opositora a la de Hugo Moyano, que el Gobierno ayudó a conformar, blanqueó cierto malestar por la ausencia de un gesto de la Casa Rosada en torno a los pedidos que incluyen también la situación de las asignaciones familiares y la deuda estatal con las obra sociales.

Esas declaraciones no fueron bien recibidas por el Gobierno, que las interpretó como un intento de “marcarle la cancha”.

La lista de reclamos de esta CGT fue reflejada en un documento que elaboraron el día de su creación, el pasado 3 de octubre, y los dirigentes de ese sector habían manifestado en esa oportunidad su confianza en lograr respuestas a partir del diálogo cordial con la Rosada, en contraste con la estrategia más confrontativa del moyanismo.

Para eso, la presidenta Cristina Kirchner derivó a los dirigentes de la CGT a sus ministros para continuar negociando los reclamos con los responsables de las áreas específicas. Pero por el momento, los sindicalistas no lograron avances al respecto.