En diálogo con Ruben Ferrari, la artesana señaló: “hace diez años que estoy en la feria y, por ende, junto a los colegas, hago todo lo posible porque el lugar esté en condiciones”.

Y prosiguió: “el problema que tenemos es que hace alrededor de un año que un grupo de chicos de entre 9 y 14 años y algunos adultos sin techo provocan disturbios y destrozan el sector”.

A colación, Alejandro amplió: “los inconvenientes se han agravado desde que sufrimos el robo de toda la instalación eléctrica y la rotura de los stands, ya que, a simple vista, se observa que toman distintas partes para construir habitáculos para dormir”.

Asimismo, reconoció: “claro que la situación no sólo genera un trastorno para nosotros sino también para las personas que viven, trabajan o transitan por la zona”.

Poco después, los dos informaron que se han reunido en reiteradas oportunidades con el titular de la Secretaría de Cultura, Mauricio Espil. “Lo único que puede hacer este hombre es tomar nota de nuestra denuncia ya que, adelante nuestro, se ha comunicado con Minoridad y la Policía y no ha recibido respuestas de ningún tipo, aún siendo funcionario”, dijeron resignados.

A decir de Claudia, también se han juntado con el comisario a cargo de la seccional primera, quien ha admitido que no puede hacer demasiado porque se trata de menores y además porque carece de los recursos necesarios para ocuparse específicamente del tema.

Por último, ambos coincidieron: “nosotros estamos en riesgo y creemos que la sociedad no se merece esto, pero, a la vez, la situación de vulnerabilidad de estos chicos nos conmueve y pretendemos que alguien se ocupe de ellos”.