A decir de los vecinos, los establecimientos educativos más cercanos, ya sea en lo que respecta a jardín de infantes, primaria o secundaria, distan alrededor de 7 km del sector que ocupan las viviendas.

Por ende, los alumnos recorren diariamente unos 14 km para acudir a clases. En realidad, el trayecto de 30 cuadras que los separa de la parada del transporte público es lo que representa una verdadera odisea para estos niños y jóvenes, quienes, muchas veces acompañados por sus padres, atraviesan el sendero del olvido y la falta de consideración de funcionarios y directivos escolares.

En consecuencia, a través de un comunicado dirigido a los medios, los integrantes de la sociedad de fomento sostuvieron: “tal vez sea hora de empezar a pensar más profundamente en ellos y de dejar de marginarlos”.

Y agregaron: “ellos nos necesitan; son la semilla que germina y nosotros, su carta de esperanza. Ayúdennos a cambiar la historia triste de nuestro barrio”.