Y a renglón seguido Maximiliano Abad agregó: “Principalmente, veíamos que como el programa no contaba con una norma que estableciera su obligatoriedad, su cumplimiento quedaba librado a la voluntad de los vecinos. A poco de andar, observamos que muchos no participaban en la selección domiciliaria; que en los días señalados para colocar residuos en las bolsas verdes, en vastos sectores no se cumplían las consignas. Además, la situación se agravaba por el hecho de que los recolectores recogían las bolsas de residuos húmedos en los días que no correspondía, y estos se mezclaban en los camiones al ser prensados.”

Continuó diciendo Abad: “Esto desvirtuaba todo el sistema, porque a la planta de separación llegaban los residuos mezclados, tornando inútil en muchos casos la tarea de separación y desperdiciando el esfuerzo de quienes cumplen con el sistema. Cuando advertimos a la gestión sobre estos problemas nunca fuimos escuchados.”

Y finalizó: “Ahora por lo menos en forma implícita reconocen que el sistema no funciona, ya que si leemos las declaraciones de la funcionaria responsable, todo marcha sobe ruedas y los vecinos cumplen al pie de la letra con la separación. Pero el hecho de establecer la obligatoriedad, es un claro reconocimiento del fracaso  de la separación domiciliaria en la forma que está planteada en este momento. Tampoco se le puede echar la culpa del mal funcionamiento a una supuesta organización ilícita cuyo fin es apropiarse de los residuos, puede haber algunos casos, pero la mayoría de las veces se trata de los “cartoneros” de siempre, a quienes hay que darles una salida para que puedan seguir llevando el sustento a sus familias, en vez de tratarlos como delincuentes”