Con una organización impecable, que contó, como siempre, con la custodia de personal de la Policía y de Gendarmería -dada la enorme cantidad de gente-, la Ceremonia que por su atractivo, importancia religiosa -está considerada una de las tres más importantes de América- y cultural, razón por la cual ha recibido las declaraciones de Interés Turístico del EMTUR y de la Provincia de Buenos Aires -que la han incorporado en sus agendas de temporada- y la declaración de Interés Cultural de la Sec. de Turismo de Gral. Pueyrredon, en esta edición, además, se terminó en rodaje del documental Iemanjá nuestra Gran Madre, de los cineastas Darío La Vega y Claudio Romero, realización que además tiene el asesoramiento del antropólogo Alejandro Frigerio, investigador del CONICET y se celebraron dos bodas conforme el rito africanista.

Asimismo, participaron con entusiasmo y respeto numerosas personalidades de la ciudad. Antes de la Ceremonia, la secretaria de Derechos Humanos de la Provincia, Daniela Castro, resaltó “la importancia indudable de un festejo que, no sólo nos lleva a cumplir y reflexionar acerca de nuestra Carta Magna, que garantiza la libertad de cultos, sino que celebra la inclusión y el respeto por la diversidad, indispensables para la convivencia y el cumplimiento de uno de los derechos fundamentales del ser humano, el que garantiza su espiritualidad. Sé -indicó Castro- que cuando comenzó este festejo, eran poco más de una decena de personas que acompañaban a Watenberg, casi en las sombras, casi obligados a realizarlo en playas alejadas, vigilados y no acompañados por la Policía, tal el prejuicio social, incluso sufrieron detenciones en tiempos de la Dictadura… Hoy en día esta comunidad religiosa, que representa a 3 millones de argentinos y con la que simpatizan muchas personas de otros cultos o ateas, cuenta con el consenso social y con el respeto total, superándose así viejos tiempos de oscurantismo y represión a los que no debemos volver.”

La Ceremonia comenzó con una procesión que partió desde el Playón lindero con la Pileta Cubierta para seguir hasta la Playa Popular, donde se armó la tradicional roda, para dar lugar a los toques de batuque, rezas y danzas de orixás, celebración de las bodas, entrega de las barcas al mar y fuegos de artificio”.

Al finalizar la Celebración, el babá Hugo Watenberg destacó el impecable comportamiento de fieles, simpatizantes y curiosos, su agradecimiento a los religiosos que acompañaron, al público en general, las autoridades, la prensa y la comunidad en general. “Estoy feliz por la Fiesta, por nuestra Gran madre Iemanjá y por esta Ciudad, que una vez más ha demostrado que es la anfitiriona ideal de esta Ceremonia en la Argentina.”