“En un gobierno se pueden cometer errores. No es que le pase solo a quienes gobiernan ahora. Nos pasa a todos los seres humanos. Pero así como no es justo reclamar la perfección desde la vereda de enfrente, tampoco corresponde que desde el poder se actúe con prepotencia.

A veces, parece que el intendente no entendió su rol: confronta, critica a todos y redobla las apuestas. Pero esto no es juego, y mucho menos un torneo de caprichos. Los conflictos en la educación municipal están siendo provocados desde el gobierno. Desde una actitud testaruda y omnipotente se cierran los oídos y se subestiman los planteos de todo un sistema. Lo mismo pasa con la salud. Sin un solo logro ni proyecto en marcha, se reducen servicios y se recortan prestaciones. Cuando emergen los reclamos, inevitables frente a esa política, la respuesta es hablar mal de otros.

Mar del Plata y Batán necesitan acuerdos para salir adelante. Le corresponde al que gobierna ser permeable, convocante y no desafiante, constructivo y no destructivo.

Muchas cosas, que iban bien, se abandonaron. Muchas otras, que había que mejorar, empeoraron.

Hoy se dio otro paso atrás: hubo una conferencia de enojos y desafíos.

Ojalá que pronto se entienda que debe llegar el día en que se empiece a gestionar, con grandeza, para una ciudad y unos vecinos que esperan el apoyo de su municipio en un invierno difícil”.