El actor, que el 23 de octubre próximo hubiese cumplido 100 años, murió este lunes según comunicó su propio hijo Daniel en su Facebook.
Con 95 años de carrera y con proyectos hasta el último momento, el objetivo de la vida de Max Berliner fue nunca detenerse: "Hay que tener algo pendiente, sino la vida no tiene sentido".
Max Berliner nació en Polonia y con apenas dos años migró a la Argentina con sus padres. Ella, costurera y él, broncero, se instalaron en el barrio de Once.
"Mi papá no quería un hijo doctor, quería un hijo actor", repetía cada vez que le preguntaban por sus comienzos.
"Mi papá estaba convencido de que tenía que actuar. Me llevaba al cine. Le encantaba ir a ver películas en episodios, que se daban los lunes, miércoles y viernes. Esos días bajaba la persiana de su local y me llevaba al cine", recordaba con felicidad.
La confianza que le transmitió su padre, lo acompañó siempre. "Nunca rechacé una propuesta. No elegía, aceptaba.
A mí no me importaba si había más texto o menos texto. No hay papeles secundarios, hay buenos actores o malos actores", decía Berliner que llegó a hacer más de 40 películas, entre ellas Y mañana serán hombres, La patagonia rebelde, Plata dulce, Yepeto y El otro hermano.
