En el conflicto que mantiene el Sindicato de Trabajadores Municipales con el intendente Guillermo Montenegro, la comisión directiva y el cuerpo de delegados resolvieron este lunes dar continuidad al plan de lucha, implementando un “ruidazo” (aplausos, cacerolas, carteles) en cada lugar de trabajo cada media hora a partir de este martes, incrementándose el miércoles y jueves, con una retención de tareas el viernes, cubriendo las guardias de rigor.
Cabe traer a colación que el conflicto se inició por la falta de acuerdo en paritarias y la decisión del jefe comunal de decretar una suba salarial de sólo el 10%, sumándose los reclamos de los empleados municipales por la falta de recursos y materiales adecuados para realizar sus tareas diarias, y otro punto de discordia es el convenio colectivo de trabajo al que consensuó hace más de siete años la gestión de Carlos Fernando Arroyo con el Sindicato de Trabajadores Municipales (STM).
