En diálogo con Cazador de Noticias, el dirigente del Partido Socialista Auténtico de Mar del Plata – Batán en Unidad Socialista, Pablo Aceto, señaló que “hay decisiones que dejan una marca indeleble algunas se celebran otras se lamentan y luego están aquellas que no solo se lamentan sino que se pagan, Argentina tomó una de esas decisiones y hoy en el tablero global empieza a sufrir las consecuencias de haberle dado la espalda al bloque de los BRICS, integrado originalmente por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica ”.
En tal sentido, subrayó que “Argentina tuvo la oportunidad de formar parte, la invitación estaba extendida el asiento reservado pero, cuando llegó el momento, la respuesta fue no. Bajo un nuevo gobierno alineado ideológicamente con el liberalismo clásico y una clara orientación proestadounidense, Argentina se apartó del camino que había iniciado con la administración anterior”.
Remarcó, además, que “hoy los BRICS avanzan en la creación de mecanismos financieros propios como el nuevo banco de desarrollo destinado a reducir la dependencia del FMI y del Banco Mundial, la alternativa está ahí: líneas de crédito sin las condiciones asfixiantes del viejo orden financiero comercio en monedas locales que debilita la hegemonía del dólar, tratados bilaterales que fluyen al margen de los grandes centros financieros tradicionales”.
“Mientras tanto la Argentina observa como otras naciones que alguna vez compartieron su estatus de potencia emergente ahora negocian desde una posición de fuerza, el comercio con China y Rusia se facilita a través de monedas locales, los países BRICS se sientan a discutir los precios de materias primas, financian obras de infraestructura sin condicionar la soberanía económica y diseñan paso a paso una alternativa al sistema occidental”, agregó.
Asimismo, cuestionó: “¿Qué ganó Argentina al no entrar al bloque de los BRICS? A simple vista muy poco: la supuesta alineación con las economías del G7, grupo del cual no forma parte ni tiene perspectivas de hacerlo, no se ha traducido en inversiones significativas, ni en mejoras visibles para el ciudadano común, la adhesión a organismos como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sigue siendo un camino largo incierto con beneficios más simbólicos que concretos, en cambio las oportunidades perdidas son palpables, no hay créditos blandos, no hay acceso preferencial a nuevos mercados, no hay voz ni voto en un bloque que hoy redefine las relaciones sur sur; mientras tanto el pueblo argentino enfrenta las consecuencias con inflación persistente, fuga de capitales y dificultades para acceder al financiamiento internacional, la economía se tambalea las promesas de recuperación se enfrentan con una realidad dura, el mundo ya no es el de hace dos décadas, las alianzas importan y la neutralidad no siempre es una opción viable”.
“Argentina no solo no está en los BRICS , está quedando sola aislada en un mundo que se reorganiza sin esperar a quienes dudan, otros países de la región como Brasil capitalizan su membresía y afianzan su liderazgo incluso potencias como Arabia Saudita y Turquía exploran su incorporación conscientes de que el futuro económico se está jugando en ese espacio. El tren de la historia no espera y así Argentina con su potencial agrícola, energético y humano permanece al margen de uno de los procesos de transformación más relevantes del siglo XXI por una decisión ideológica que hoy se revela con crudeza como una oportunidad desperdiciada y es el precio que estamos pagamos”, concluyó.
