Un relevamiento realizado por Cazador de Noticias detectó, solo en la Peatonal San Martín, no menos de 10 locales cerrados definitivamente o se encuentran disponibles para alquiler, donde hasta hace poco funcionaban, en su mayoría, comercios de venta de ropas o gastronómicos, que bajaron sus persianas encendiendo alarmas debido al contexto económico actual.
Muchos emprendimientos deban cerrar sus puertas o bien mudarse de zona en busca de pagar alquileres más accesibles. Según un estudio realizado por la UCIP hace un atrás había 208 locales cerrados en la ciudad y la tasa de desocupación de estos establecimientos alcanzó un promedio del 8,21% en la ciudad, similar a los registros de 2022 tras lo peor de la pandemia.
Enfocándose en el microcentro, el estudio en cuestión indicaba que, a mediados del año pasado, sobre 601 locales en total 29 habían bajado sus persianas definitivamente, reflejando una tasa de desocupación de locales del 4,33%.
“El año pasado, sufrimos una retracción importante de la demanda y la fabricación y habíamos dicho que teníamos un escalón de un 30% de baja y que la apertura de los productos importados podría afectar aún más esa caída y ahora está sucediendo esta afectación con el ingreso de ropa importada porque el gobierno nacional ha liberado todas las trabas para la importación pero mantiene la carga impositiva del país, y esa es una competencia desleal para nosotros”, analizó Guillermo Fasano, presidente de la Cámara Textil de Mar del Plata, en diálogo con Cazador de Noticias.
Asimismo, indicó que “el año pasado la mayoría de las fábricas y comercios aguantaron con lo que podían, esperando una reactivación que no se está produciendo en nuestro sector y esto ha devenido en la práctica en despidos por goteo, que ha significado alrededor del 10 % de los puestos de trabajo”
Por su parte, Pablo Santín, secretario general del gremio que nuclea a los trabajadores hoteleros y gastronómicos, consideró que “estos últimos 30 días han sido duros para nuestra actividad. Estamos empezando a ver establecimientos que cierran, trabajadores que vienen al gremio porque fueron desvinculados. No sé si hablar de una crisis, pero sí de un momento muy difícil que no hemos visto antes en esta época del año”. Y recalcó que “hoy hay más locales que están bajando sus persianas que los que están levantándolas”.
Una caída de hasta el 30% en las ventas del sector textil durante los últimos meses, el ingreso de ropa importada exento de aranceles, los fuertes incrementos aplicados a las facturas de los servicios básicos, alquileres altos, la carga impositiva y la retracción del consumo, convergen en una tormenta perfecta que enciende alarmas.
