La diputada nacional por La Libertad Avanza (LLA) Juliana Santillán volvió a ganar notoriedad en las últimas horas luego de mentir sobre los números de la canasta básica de una familia tipo en el país, en el marco de la discusión con las residente del Hospital Garrahan que busca tener un salario digno por sus funciones y no los 797.000 pesos que cobran en la actualidad. Los antecedentes de la libertaria son varios: mintió en un supuesto doctorado en Derecho que nunca tuvo y tiene en su haber sucesivos horrores ortográficos, mientras cobra 9 millones de pesos y exige a los ciudadanos que satisfagan sus necesidades con 360 mil.
El pasado de Santillán es un misterio en un amplio sentido, ya que desde que comenzó a “hacer política”, borró todo su pasado en las redes sociales. Al menos el que hace a eventos anteriores a 2016. Aunque una investigación del sitio Data Clave expuso que se presentaba como abogada sin serlo. “Doctora en Derecho Penal, criminalista. Universidad de San Andrés y Universidad Atlántida Argentina de Mar del Plata”, aseguraba en el perfil de Twitter que manejó hasta esa fecha.
En capturas de pantalla de tuits de 2015 se la ve contestar desde el lugar de letrada. La frase “como abogada” se repite en sucesivos posteos y el hecho hasta fue expresado por ella en su declaración jurada cuando asumió como diputada en el apartado de estudios universitarios que aseguró tener. Lo cierto es que lo único comprobable que estudió fue el curso que la hizo “diplomada en Economía Austríaca”, que se anuncia en el perfil de la página del Congreso.
Este “título” lo obtuvo de la Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas (ESEADE), la misma que dirige el diputado oficialista Bernardo Benegas Lynch y en la cual también se doctoró el presidente Javier Milei. El mismo dura 18 clases virtuales de una hora y media cada una. ¿Por qué pondría este curso de índole menos que terciaria en la información oficial? Evidentemente mintió en que es abogada durante muchos años y por eso borró su vida previa a 2016.
Este antecedente debería ser gravísimo en términos éticos para sostener un trabajo parlamentario. Aunque la hegemonía libertaria que se respira en lo institucional, le salva la ropa. Por otro lado, hay otras cuestiones técnicas que deberían darle vergüenza, al menos para juzgar a una persona que estudió como una residenta del Garrahan. Las faltas ortográficas públicas que tiene son tan duras que hasta parecen hechas a propósito.
“Nunca jamás en los últimos 120 años 'tubimos' orden fiscal, monetario y cambiario. Es en 2025 con Milei. El que no la ve es un mandril irrecuperable. VLLC”, escribió en una publicación de X (ex Twitter) de abril de este año. Lo que más llama la atención es que con ese paupérrimo nivel ortográfico se atreve a decirle a otra persona que es un simio, sin ponerse colorada. De la misma manera que aseguró que con 360 mil pesos se sostenía una vida con las necesidades satisfechas.
La situación no se detiene en ese “tubimos”, sino que también va más allá. En enero de 2025 estuvo de vacaciones en el sur argentino, específicamente en Bariloche. En esa estadía subió imágenes a sus historias y una tenía un error digno de un alumno de los primeros años de la escuela primaria.”Serro Campanari”, escribió en un hashtag que se popularizó solamente para reírse de su incapacidad intelectual, y con una foto de ella con los brazos abiertos desde un mirador.
El más cercano de los horrores ortográficos que escribió Santillán fue en una respuesta al gobernador bonaerense, Axel Kicillof, cuando este promocionaba las obras públicas que lleva adelante con su gestión. “58,6 de los hogares en Almirante Brown no tienen 'cluacas'”, lanzó, para despertar una ola de cuestionamientos por su falta de formación. Estos tres ejemplos son sólo el botón de muestra de la ignorancia que maneja Santillán, esa diputada que pide que la gente viva con 360 mil pesos, mientras cobra más de 9 millones por sus funciones parlamentarias.
