En los dos feriados por el Día de la Bandera y por la Inmortalidad de Martín Miguel de Güemes, viajaron 2.162.750 turistas por la Argentina y gastaron $ 412.372 millones en alimentos, bebidas, alojamiento, transporte, recreación y compras diversas, según un informe de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
La cantidad de gente que viajó durante seis días fue un 16,6% menor a los mismos fines de semana del año pasado, que tuvieron un día más.
También este año el gasto total resultó un 27,9% menor a precios reales que el del año pasado. Esto refleja un turista más austero, que, si bien recortó gastos en servicios recreativos y en compras comerciales, su principal ajuste fue reducir su estadía.
Los turistas este año tuvieron una estadía promedio de 2,2 noches, cuando el año pasado, con un día más feriado, fue de 2,9 noches.
Durante los dos fines de semana largos de junio, las 24 provincias argentinas desplegaron una intensa agenda cultural, natural y gastronómica, con festejos patrios, eventos regionales y propuestas turísticas para todos los gustos.
En cuanto a Mar del Plata, el informe de CAME indicó: “El segundo fin de semana largo de junio mostró una mejora respecto al anterior, aunque con baja ocupación. La oferta estuvo impulsada por el buen clima y una agenda con propuestas como el schow de Lali, La Noche del Turismo y el Festival de Jazz Emergente. En contraste, el primer fin de semana largo, coincidente con el Día del Padre y marcado por lluvias y bajas temperaturas, había dejado resultados por debajo de lo esperado, con ocupación hotelera de entre el 35% y el 40%”.
Asimismo, aclara que aunque el contexto económico “limitó el consumo”, en varios destinos hubo “una buena respuesta del turismo de cercanía”, picos de ocupación en ciudades con eventos masivos y reconexión con paisajes, sabores e identidades locales.
De acuerdo con los datos elaborados por el sector Turismo de CAME, en lo que va del año ya se celebraron cinco fines de semana largos, en los que viajaron 8,8 millones de turistas por distintos puntos del país. Estas escapadas representaron un movimiento económico estimado de $ 2.103.791.000, lo que equivale a US$ 1.821 millones.
El impacto de estos feriados fue significativo no sólo por la cantidad de personas movilizadas, sino también por su efecto dinamizador sobre las economías regionales. Los turistas beneficiaron a miles de pequeñas y medianas empresas vinculadas directa o indirectamente con la actividad turística.
“Aunque en comparación interanual se observa un ajuste en el nivel de gasto y en la duración promedio de las estadías, el número de viajeros sigue mostrando una fuerte adhesión al turismo interno como opción de descanso y recreación. Esto consolida a los fines de semana largos como una herramienta clave para sostener el movimiento turístico durante la temporada baja”, sostuvieron desde CAME.
