Por Roberto Latino Rodríguez
Periodista
Cuando aparece la violencia fracasa la política, por eso considero que el viernes pasado fracasamos, aseveró a sus pares el presidente del Concejo Deliberante, Ariel Martínez Bordaisco al reiniciar la sesión, tras el escandaloso cuarto intermedio motivado por el exabrupto del edil de Horacio Taccone, quien, a su vez y a regañadientes, solicitó perdón al Cuerpo, expresando: Pido disculpas por la efusividad de mis sentimientos que pudo herir alguna sensibilidad.
La auto-crítica de Martínez Bordaisco, acertadamente podría aplicarse a la tentación del fracaso que viene arrastrando el Cuerpo previo a su presidencia. Basta recordar que a lo largo del año pasado, cruzado por conflictos encuadrados en el fragor del calendario electoral, el juego del todo vale para parrillar al hombre del hombre del impermeable azul, el Concejo Deliberante, presidido por Guillermo Saénz Saralegui retrasó la aprobación del presupuesto y las ordenanzas fiscal impositiva, cayendo en la propia trampa, que había tendido mientras aralegui y el entonces presidente de la Comisión de Hacienda, Presupuesto y Cuentas, Alejandro Carrancio batían el record de los ediles que más dinero gastaron en su personal, distribuyendo entre sus asesores $ 369.960 mensualmente.
Por entonces, el ex alcalde Carlos Fernando Arroyo debió acudir al pedido de auxilio, reasignado cinco partidas de obras por un total de $ 69.527.966, para que el Deliberativo pudiera afrontar sus gastos, en razón de que se había quedado sin fondos, y no podía liquidar los sueldos de los 254 asesores de los 24 ediles.
A regañadientes, el Deliberativo tuvo que avenirse a una reducción presupuestaria que implicó pasar de gastar unos 20 millones mensuales a unos 10 millones hasta el fin de año; y haciendo gala de cinismo, disimuló la propia dilapidación de recursos, fustigando a Arroyo de haber echado mano a partidas asignadas a obras para rescatar al Cuerpo Deliberativo del default.
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