Por Jorge Núñez
Poeta y periodista. Ex Coordinador del Consejo Municipal de Cultura de Gral. Pueyrredon
¿Cuántos son los voluntarios y militantes que todos los días empujan iniciativas, ayudan a los vecinos, se organizan con sus compañeros de trabajo o estudio para enfrentar los conflictos que les son comunes?
La acción cotidiana de personas y colectivos que construyen puentes de solidaridad pasa desapercibida o es negada por funcionarios que detestan la justicia social, empresas de la comunicación que comercian con discursos de odio y aspirantes a un lugar en la pirámide de la insensibilidad. Ocasionalmente puede ocurrir que se destaque algún gesto altruista como hechos extraordinarios, pero será destacado por las condiciones particulares del homenajeado. No importa, si en definitiva el sentido del voluntario y del militante es hacer lo que hace sin buscar recompensa ni premios.
Algunos dicen que la solidaridad “empieza en uno”, pero en realidad (la realidad vista desde esta perspectiva) comienza cuando se tiene registro-sensación del “otro”, entonces empieza en el otro y “termina en uno” si se completa ese circuito de relación. Dar es mejor. Y, en vacilante confrontación con los valores de la época, la mayor satisfacción es haber ofrecido sin reclamar nada a cambio. Y estas mujeres y hombres uno se los encuentra en el ámbito laboral, siendo delegados gremiales, defendiendo nuestros derechos; en las aulas de escuelas y universidades; en los barrios junto a sus vecinos, o en consorcios y cooperadoras; en partidos políticos con vocación y compromiso social; en asociaciones civiles, en agrupaciones culturales… y en todos lados donde se exprese una necesidad para atender o un proyecto para compartir.
Desde las organizaciones de base surgen propuestas dinámicas, rápidas, innovadoras; a veces espontáneas y a veces de proyección a largo plazo. Se pueden institucionalizar o disolver, pero en un caso u otro van sedimentando escalones que servirán a quienes les sucedan en el camino.
Aunque no llegue a las “noticias”, ni los consulten en la toma de decisiones políticas, ni nadie los financie, hacen estudios, investigaciones, experimentos, reuniones, cursos de capacitación, ediciones, producciones independientes, descubrimientos… y construyen hogares, se enamoran, ríen y lloran, tienen hijos y nietos, esperanzas, frustraciones, soledades, sueños y alegrías inmensas.
Todavía no llegó la hora de que estas convicciones y experiencias se conviertan en estilo de vida, pero tampoco se desvelan esperándola. Mientras tanto gestionan desde el llano. Hacen y dejan hacer. Porque, como dice el proverbio indio, “todo lo que no se da se pierde”.
Aclaración: La opinión vertida en este espacio no siempre coincide con el pensamiento de la Dirección General.