Por Mario Rodríguez
(ESPACIO RAíces)
Ex Concejal, Ex Presidente del Comité de General Pueyrredon,
Ex Vicepresidente de la Convención Provincial del Radicalismo.
El 15 de diciembre de 1983, apenas cinco días después de haber asumido la Presidencia de la Nación Argentina, el Dr. Raúl Alfonsín creaba la CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas), presidida por Ernesto Sábato, con el objetivo de investigar las violaciones de los derechos humanos y especialmente la desaparición de personas, llevadas a cabo por el terrorismo de estado de la dictadura cívico - militar que gobernó el país de 1976 a 1983. Luego de miles de valientes testimonios y declaraciones, y la verificación de la existencia de cientos de lugares clandestinos de detención, se produjo un informe denominado NUNCA MÁS, que fue utilizado como prueba en el histórico Juicio a las Juntas. En la página 190 del NUNCA MÁS se hallan dos testimonios sobre lo ocurrido en uno de los CCD (Centros Clandestinos de Detención), ubicado en la Escuela de Infantería de Marina (ESIM), a escasos metros del Faro de Punta Mogotes en la ciudad de Mar del Plata.
Aunque parezca increíble, en ese lugar, en un predio lindero al Faro de la Memoria, donde funcionó un centro clandestino de detención y se cree que pueden haber restos de desaparecidos, el gobierno municipal del intendente Guillermo Montenegro promueve la habilitación de un bar y destilería de gin, por medio de un proyecto que está por aprobarse en el Concejo Deliberante, impulsado por el interbloque oficialista de la UCR, el PRO y la CC.
Durante la campaña electoral, pero con mucha más fuerza desde la llegada al gobierno nacional del actual presidente Javier Milei, es clara la intención de algunos sectores de avanzar hacia la desmemoria del genocidio y la impunidad de los autores de violaciones y crímenes contra los derechos humanos.
Quienes encabezan estas iniciativas son la actual vicepresidenta Victoria Villarruel y los ministros Patricia Bullrich (Seguridad) y Luis Petri (Defensa); estos dos últimos integrantes de la fórmula presidencial que apoyó la UCR.
Bajo esos auspicios y en ese marco se inscriben las recientes visitas de funcionarios y legisladores a genocidas que cumplen condenas por delitos de lesa humanidad, entre ellos Alfredo Astiz.
En 1996, el Concejo Deliberante de General Pueyrredon, presidido en ese tiempo por el radical Oscar Pagni, "declaró personas no gratas a Alfredo Astiz y José Alfredo Martinez de Hoz, y repudió enérgicamente la actitud de todos aquellos que desde cualquier función colaboraron y permitieron el genocidio iniciado el 24 de marzo de 1976". Era entonces Intendente del municipio el también radical Elio Aprile, quien siempre se comprometió con la causa de los derechos humanos. "Elio, por ejemplo, fué alumno y amigo de María del Carmen "Coca" Maggi, y jamás hubiera impulsado o acompañado iniciativas de este tipo, sino todo lo contrario; se hubiera opuesto con firmeza".
Primo Levi, refiriéndose al Holocausto, con palabras de enorme actualidad frente a las políticas de olvido del genocidio de la dictadura, dijo que "hay indicios que permiten pensar que quieren olvidar o algo peor: negar. Es muy significativo: quien niega...es precisamente quien estaría dispuesto a volver a hacerlo". Y también nos aconseja que "la memoria es un medio para preservar la dignidad del pasado y transmitirla al futuro".
Quienes venimos desde el radicalismo tenemos la obligación de denunciar estas cuestiones y acompañar a los organismos de derechos humanos en sus luchas por Memoria, Verdad y Justicia, instando a los dirigentes y legisladores de la UCR a recorrer nuevamente el camino democrático y de lucha inclaudicable por los derechos humanos que nos trazara el ex Presidente Raúl Alfonsín, inspirándose en mártires como Amaya, Karakachoff, Pisarello, Arédez y tantos otros. Una vez decimos: NO AL OLVIDO. NO A LA IMPUNIDAD. NUNCA MÁS.
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