Por segunda vez y a raíz del alerta de los vecinos, el Departamento de Pesca dependiente de la Delegación Municipal Puerto clausuró parcialmente a la empresa Micamar SRL, por desarrollar tareas de congelado de pescado para lo cual la firma aún no ha sido habilitada; y además, por tener en funcionamiento un sector no declarado ni habilitado dentro de la planta, con equipamiento industrial que puede significar un riesgo potencial para su personal y quienes habitan en los alrededores.
Según corroboró la dependencia municipal, el volumétrico motor compresor instalado en una parte no habilitada del establecimiento fabril ha estado ocasionando molestias adicionales a los vecinos, a causa de ruidos y vibraciones provocados por su funcionamiento. La sala de máquinas en cuestión está ubicada en un sector de la planta baja de un edificio de departamentos habitado por familias, contiguo a la pesquera y lindante con una vivienda sobre la calle Magallanes.
Detectada la irregularidad, los agentes del Departamento de Pesca de la Comuna, procedieron nuevamente a la clausura de ese sector de la pesquera, sólo esta vez también precintaron el motor compresor (Acta Nº 464.860). Durante el procedimiento contaron con el apoyo de personal de la Comisaría 3º con jurisdicción en la zona, a cargo del comisario Gerardo Gomez.
Desde la Delegación indicaron que la empresa había sido clausurada poco tiempo antes por el mismo motivo, según obra en el acta Nº 465.151. En esa oportunidad, el tribunal Nº 1 del Juzgado de Faltas de General Pueyrredón le impuso a la pesquera una prohibición absoluta para desarrollar toda tarea que implicara el uso del sector no declarado, hasta regularizar su situación.
El oficio judicial, entretanto autorizaba a la fábrica a realizar pruebas para la puesta a punto de los equipos a los fines de evitar inconvenientes futuros por eventuales ruidos y vibraciones.
Lejos de acatar la disposición judicial, desde la pesquera volvieron a poner en marcha el motor compresor de frío y retomaron las actividades de congelado normalmente, no sólo desobedeciendo la restricción del tribunal de faltas sino volviendo a poner en riesgo la seguridad de los vecinos que habitan en su entorno.
“Una instalación de esta naturaleza, funcionando sin las debidas certificaciones y autorizaciones, puede ser una bomba de tiempo. Y ningún vecino tiene por qué estar en riesgo por imprudencia de quienes no se adecuan a la normativa vigente”, subrayó el director del área Pesca de la Delegación Municipal Puerto, Roberto Gianatiempo, quien estuvo a cargo del procedimiento que culminó en la segunda clausura parcial de la pesquera.
En el mismo sentido, desde la Delegación se alentó a los vecinos “a denunciar este tipo de situaciones”, y se ratificó el “compromiso de esta dependencia a intervenir con celeridad para lograr un Puerto mejor, más ordenado y más confortable, para todos”.
Finalmente, se informó que el establecimiento viene tramitando su habilitación con anterioridad a este episodio, aunque en el expediente la firma no declaró el sector de congelado que estaba explotando al momento de las inspecciones. En tanto, se aclaró que, fuera del sector no declarado, el resto de las instalaciones de la pesquera reúnen las condiciones higiénico
sanitarias exigidas para su funcionamiento.