Según un "Informe sobre Pobreza Multidimensional”, realizado por la Red Mar del Plata Entre Todos y el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA), en 2024, el indicador de pobreza multidimensional, elaborado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA-UCA), volvió a exhibir “niveles preocupantes” en Mar del Plata: el 23,5% de los hogares se encontraban por debajo del umbral, el 52,0% presentaba al menos una carencia y 35,1% dos o más.
Si bien estos valores mejoran respecto del pico pandémico de 2020 (28,1%), siguen siendo superiores al piso de 2018 (18,7%).
Por cierto, el concepto de “pobreza multidimensional” se refiere a la falta de acceso a diversos recursos necesarios para llevar una vida digna y satisfactoria. No sólo contempla la falta de ingresos monetarios, sino también el acceso a recursos básicos como la educación, la salud y la vivienda adecuada.
De acuerdo al estudio, uno de cada tres hogares “enfrenta múltiples carencias”, una mirada que va en línea con la medición del INDEC: para el aglomerado Mar del Plata-Batán, la pobreza por ingresos alcanzó al 28,9% de los hogares y la indigencia al 3,3% en el segundo semestre de 2024.
Aun con la desaceleración inflacionaria a fines de 2024, la pobreza se “mantiene en niveles superiores a los observados antes de la pandemia”, aclara el relevamiento.
Pero de este informe, además, surgen otros fuertes datos. Por ejemplo, que “la desigualdad de ingresos es elevada: el 10% más rico gana 13,6 veces más que el 10% más pobre”.
La medición de la distribución del ingreso total familiar (ITF) se mide en deciles, ya que permite dividir la población en diez grupos iguales según el nivel de ingreso que perciben. El primer decil representa el 10% de la población con menores ingresos, mientras que el décimo, el 10% de la población con mayores ingresos.
En detalle, de acuerdo con la Encuesta Permanente de Hogares, en el segundo semestre de 2024 el ingreso promedio por hogar se ubicó en $711.705 mensuales.
Sin embargo, la dispersión es pronunciada: el 10% más pobre (primer decil) percibió apenas $132.063, el decil medio (quinto) $370.775 y el 10% de mayores ingresos (décimo decil) $1.794.800.
Así, el ingreso del 10º decil supera en 13,6 veces al del 1º decil y en 4,9 veces al del 5º, mientras que este último casi triplica (2,8 veces) al primero.
La serie histórica muestra que la brecha llegó a un pico en 2021 (22,0 veces entre 10º y 1º decil; 7,4 veces entre 10º y 5º), moderándose luego sin alterar el patrón de alta desigualdad.
Además, el informe expone que la cobertura de políticas sociales “cayó drásticamente” y “solo el 6,6% de los hogares” recibió la Asignación Universal por Hijo (la mitad del valor observado en 2023 y muy por debajo del pico de 2020), mientras que la Beca Progresar alcanzó al 0,6%. Esta reducción, sumada al impacto de la elevada inflación entre 2022 y 2023, “limitó la capacidad de contención de la política social”.
El único dato positivo que marca el estudio es que el mercado laboral evidenció “una mejora sustancial”: la proporción de población activa sin ingresos cayó del 17,4% en 2020 al 5,9% en 2024, mientras que la tasa de desocupación ampliada descendió del 27,9% al 6,4% en el mismo período.
A su vez, el ingreso laboral pasó a representar 97,0% del ingreso total familiar (mínimo de 54,4% en 2020), evidenciando un retorno a la centralidad del empleo como fuente de recursos.
Conclusiones
Entre sus principales conclusiones, el informe marca que la pobreza e indigencia son “problemas persistentes” en Mar del Plata que “afectan a una parte significativa de la población”.
“Las consecuencias de la pandemia y la estanflación durante el período analizado han contribuido a incrementar y mantener niveles elevados de pobreza e indigencia y la ciudad no ha quedado al margen de este fenómeno”, agregaron los profesionales que lo desarrollaron.
Además, consideraron relevante remarcar que, con diferentes metodologías de medición, por un lado la del INDEC y por otro la del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, se arriba a la misma conclusión: “Se evidencia que una proporción significativa de la población de la ciudad vive en condiciones de pobreza e indigencia”.
También, destacaron la “persistencia” en la tasa de pobreza, tanto multidimensional como por ingresos, con porcentajes que “no descienden por debajo del 18,0% y 24,0% respectivamente”.
Finalmente, marcaron que en respuesta a este problema estructural, diferentes gobiernos han implementado políticas para abordar la pobreza y la indigencia como programas de asistencia social, la Asignación Universal por Hijo y medidas destinadas a promover la inclusión y el desarrollo económico que han atenuado parcialmente el impacto.
“Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, la pobreza continúa elevada y su disminución sigue siendo un desafío cuya solución, sine qua non, necesita no sólo de estas políticas sociales sino también de crecimiento económico sostenido”, concluye el documento.
