Casi nueve de cada diez consumidores endeudados en Argentina tiene problemas para saldar sus préstamos. El dato se desprende de un informe realizado por las consultoras La Sastrería y Tres Punto Zero, dirigidas por los analistas Raúl Timerman y Shila Vilker, respectivamente.
El estudio expone un fenómeno que crece mes a mes: el consumo básico ya no se cubre con ingresos, sino con tarjetas, préstamos y ahorros, en un contexto donde el poder adquisitivo se desploma.
Las tarjetas, protagonistas en el supermercado
Según la encuesta, más del 54% de los consumidores utilizó algún tipo de crédito —en especial, tarjetas de crédito— para comprar alimentos durante el último mes. A su vez, el 58,3% reconoció no saber si podrá saldar sus deudas.
“La tarjeta de crédito se impone como medio de pago para la subsistencia cotidiana”, advierte el informe, que detalla cómo los hogares ya no solo destinan el crédito a bienes durables, sino también a productos esenciales.
Préstamos, ahorros y ayuda de familiares: el nuevo mapa del consumo
El relevamiento muestra que el 33,1% de los encuestados recurrió a préstamos para cubrir gastos mensuales, mientras que un 13,4% tuvo que usar sus ahorros. Si se suma a quienes directamente no pudieron ahorrar, el porcentaje total supera el 70%.
El panorama se agrava con la informalidad: un 40% pidió dinero a familiares o amistades, y un 31% acudió a prestamistas. Apenas el 11,1% de los consultados considera que podrá cumplir con sus compromisos financieros.
De motor económico a carga: el consumo se hunde
El informe concluye que el consumo dejó de ser el motor de la economía argentina y se transformó en una carga sostenida por deuda familiar creciente, sin garantías de pago.
Entre ahorros agotados, préstamos informales y créditos al límite, los hogares argentinos se sostienen “a futuro”, mientras la economía real se enfría y las expectativas de recuperación se alejan.














